
De origen portugués pero nacida en Barcelona, creció hasta los 20 años en una comunidad ecologista de Bellaterra, desde donde, a través de asiduos viajes desde sus 6 años de edad, entró también en contacto con otra comunidad establecida en Francia. Allí conocerá a Magali Satgé, su primera influencia en el desarrollo de su trabajo sobre la cerámica.
Con 14 años entrará a formarse en la escuela de artes y oficios de la Llotja de Barcelona donde se especializará en escultura sobre talla de madera.
A los 20 años termina su estudios y se traslada a vivir a Granada. Durante ese año desarrolla una gran cantidad de obra y comienza a influenciarse por la danza y el arte del cuerpo en movimiento.
Con 21 años regresa a Barcelona para dar a luz a su hijo, Danián Roig, quien será un suelo firme donde enraizarse para seguir creciendo como artista.
A los 25 años inicia sus estudios de coreografía para el movimiento en el Institut del Teatre, donde la danza comenzará a reflejarse cada vez más en su obra.
Actualmente sigue activa en estas dos disciplinas y explora líneas de unión donde se vuelvan inseparables la forma y el movimiento, escultura y danza.